¿Aburridos en la cama? prueba esto.
Aun cuando parezca extraño existe un alto
porcentaje de matrimonios que luego de años de fracasar en arreglar este tipo
de problemas, llegan implícitamente o explícitamente a no querer tratar el
tema.
Arriban a un acuerdo tácito para no tener
relaciones sexuales, pero siguen unidos a través de otros compromisos y estos
son los llamados “Matrimonios sin Sexo”.
Un matrimonio disfuncional, además, de no formar sexualmente una unidad
matrimonial, no constituye un matrimonio. El Dr. Aquiles Fuenmayor, dijo una
vez en El Antivirus, que “la sexualidad no es lo único que cuenta en el
matrimonio pero sin ella, el matrimonio es una relación que ha perdido parte
importante de su identidad”.
El
hecho que la relación sexual se haya deteriorado en la pareja no significa que
el “deseo sexual” haya desaparecido. Al
dejar de tener relaciones sexuales el impulso sexual no muere. Debemos
reafirmar que el organismo está diseñado y, construido para el placer de las
relaciones sexuales. Ellas son benéficas durante toda nuestra vida.
Fue el mismo Creador el que dijo “que era bueno lo que Él había hecho”. En contrapartida las fallas en las relaciones
sexuales llevan a ansiedad, sensación de fracaso, frustración y depresión. Una
vida matrimonial sexualmente sana, hace que nos sintamos bien, positivos,
eufóricos, en cambio la mala relación sexual nos hace sentir mal, y nos expone
a peligros.
Los problemas sexuales son tan comunes que
constituyen una de las principales quejas en la mayoría de los matrimonios. Sin
embargo, el hecho de ser comunes no les resta importancia. Todo lo contrario:
las dificultades sexuales suelen repercutir en otras esferas de interacción de
la pareja y al revés: pueden ser consecuencia de otros problemas de relación
matrimonial. Algunas parejas incluso pueden tolerar inconvenientes sexuales en
forma exitosa, aislándolos del resto de su relación, donde se mantienen la
intimidad emocional y otros aspectos positivos.
Cualquiera sea la situación, es vital
comprender que las disfunciones sexuales nunca tienen una sola causa, y
normalmente obedecen a múltiples razones, de diversa índole. Algunas
disfunciones, como la inhibición del deseo sexual, por ejemplo, aparecen más
asociadas con las presiones, exigencias irreales y sentimientos negativos hacia
el otro conyuge.
Además, ciertas personas tienden a usar los
problemas sexuales en la relación de pareja, como un arma para obtener ventaja
en la lucha por el poder, o como un medio para evitar ser controlado,
desaprobado o abandonado. Por otra parte existe una gran ignorancia sobre el
tema y esto crea mitos como: “Todos los hombres y mujeres normales desean tener
relaciones sexuales incesantemente; todos se pueden excitar y satisfacer con
facilidad; la excitación espontánea se debe dar siempre, en forma automática;
el juego amoroso siempre debe terminar en la cópula”.
No sin razón dice el registro bíblico que el
pueblo y por supuesto los matrimonios perecen por falta de conocimiento (Oseas
4:6). Existe mucha información bíblica
sobre este tema que hemos desestimado y por lo tanto los resultados son obvios
y destructivos. Volvamos a la senda antigua, y repasemos el plan sexual de Dios
y entonces redescubriremos el valor de una vida matrimonial sexualmente sana y
victoriosa.
¿Aburridos en la cama? prueba esto.
Reviewed by Unknown
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martes, marzo 15, 2016
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